Dia del Niño

Segundo domingo de agosto (Argentina y Chile), último sábado de abril (Colombia), 31 de mayo (Paraguay), 12 de octubre (Brasil). Diferentes fechas que tienen un mismo fin: dedicar un día del año para promover la armonía entre los niños y realizar actividades que ayuden a su bienestar.
Para la Organización de las Naciones Unidas, que dejó a cada país en libertad para elegir la fecha de la celebración, el Día Universal del Niño es el 20 de noviembre, porque ese día de 1959 la Asamblea General aprobó la Declaración de los Derechos del niño, que había sido redactada en 1924 por Englantyne Jebb, fundadora de la organización internacional Save the Children.
El festejo de este día debe enfocarse en los sentimientos hacia los chicos y en la aprobación de los derechos para los niños, que dicen que, sin importar la raza, el sexo, el idioma o la condición social, todos los niños deben ser protegidos para que puedan desarrollarse física, mental, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, y en condiciones de libertad y dignidad.
A pesar de que el país no tiene el título de ser el que posee las mejores políticas hacia los chicos, en el 2003 pareció olvidarse el fin de proclamar un día por ellos. Por un pedido de la Cámara del juguete, quien solicitó el cambió de fecha atendiendo a una necesidad comercial, el Día del niño en la Argentina pasó a celebrarse el primer domingo de agosto, dejando en el recuerdo los festejos que históricamente se hacían el segundo domingo de dicho mes.
Festejo sentimental que pasó a ser comercial, esperemos que dentro de poco no sea un dato anecdótico y nos olvidemos que los chicos deben jugar, reir, divertirse, alimentarse bien, tener un lugar donde dormir, ser respetados, vivir en un ambiente familiar, no sufrir presiones, no ser discriminados ni menospreciados.
Para finalizar, “Esos locos bajitos”, del cantautor Joan Manuel Serrat:

A menudo los hijos se nos parecen,
asi nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.

Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentospara dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción.

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,que crezcan
y que un día nos digan adiós. . .

. . . pero hasta entonces, hay que dejarlos ser niños.


Para ver los índices de desnutrición infantil en la Argenina y sus consecuencias:

Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil

Médicos municipales